"Su denominación es un acrónimo de los nombres de las diferentes artes
de las que provenían estos cinco maestros. El KA - proviene del Karate
Coreano - Tang Soo Do; JU - del Judo
Kodokan y Jiu-Jutsu Sekeino; KEN - Kenpo - Karate y
el BO - del Boxeo
Chino - Sil Lum Pai".
Mucho tiempo a transcurrido desde aquel comienzo. El Kajukenbo actual, por
necesidad, sigue una trayectoria evolutiva porque es intrínseco a su
naturaleza. Esto implica ineludiblemente que sus contenidos y metodología se
renuevan permanentemente con un único propósito, dar funcionalidad a sus
parámetros y, por tanto, a su perspectiva defensiva y ofensiva.
Asimismo, y partiendo de esta premisa, es por lo que consideramos que toda
disciplina marcial siempre tiene algo que ofrecer. No existe el estilo,
disciplina o el método perfecto o definitivo. Unas con sus carencias y otras
con sus virtudes hacen que el camino sea quizás más arduo, pero no carente de
expectativas, de experimentación y aprendizaje. Si limitas tu visión
exclusivamente a una única perspectiva marcial te perderás, probablemente,
elementos, estructuras y métodos muy valiosos que de seguro contribuirían a
enriquecer más tus conocimientos y mejorar tus habilidades. Por ello, el Kajukenbo
es un claro ejemplo de esa idea y enfoque. No en vano sus fundadores rompieron
con la visión errónea de exclusividad que quizás la época y la cultura oriental
imponía al creer que cada arte marcial era definitiva en si misma; con unas
estructuras y metodologías inflexibles debido al pensamiento de vulnerar o
destruir de alguna manera lo establecido.
"Este planteamiento hace que subrayemos el hecho de que hablar de
"arte ecléptico" es hablar del Kajukenbo como pionero de este
concepto e idea".
Otra cuestión es que decidas practicar artes cuyos parámetros están más
enfocados a conservar estructuras y métodos con la más pura e indeleble
tradición. Si es así, probablemente no estarías leyendo estas líneas porque
simplemente no tendrías esa inquietud o necesidad. Lo cual es muy loable y
respetable por parte de aquellas personas cuya búsqueda o camino es diferente.
Todos somos libres de elegir, decidir y opinar al respecto. Siempre que al
final, al margen de las expectativas de cada uno, prevalezca un respeto mutuo.
Observar, analizar y estudiar otras artes o disciplinas marciales no significa
que debamos dejar a un lado el aprendizaje y práctica de la disciplina que ha
sido y es parte de nuestra vida. En gran medida todo dependerá de lo que deseas
obtener con tu entrenamiento. En el proceso puedes descubrir otras artes que
pueden darnos, dentro del contexto que nos ocupa, una noción más clara de lo
que es o no funcional a la hora de conseguir la mayor contundencia y
efectividad en un enfrentamiento callejero.
Si buscas un sistema eficaz y contundente a la hora de repeler una agresión en
la calle. No lo dudes, el Kajukenbo puede ser una excelente opción, pero no la
única. Intentar sustentar un arte como definitivo, en cuanto a defensa personal
se refiere y, en pleno siglo XXI, ignorando lo que tienes a tu alrededor es,
simplemente, destruir toda posibilidad de evolución y discernimiento.
"Nuestra elección es, sin duda, el Kajukenbo porque en su esencia, el
concepto e idea inicial hace que su perspectiva sea ilimitada y las artes
marciales filipinas, entre otras, por su infinita versatilidad".
Llegados a este punto, sea cual fuere tu elección. Experimenta, descubre y consolida. Ya sea un arte ecléctico, tradicional o de competición,
¡Adelante con tus expectativas!
Gracias por tu visita.

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